Naciones Unidas, 28 jul (EFE).- El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este jueves prorrogar nuevamente su misión política en Libia por solamente tres meses, a la espera de conseguir un consenso sobre su reestructuración que permita pactar un mandato más largo.
Esta es la cuarta vez desde septiembre de 2021 que se acuerda una corta extensión técnica para que la misión pueda seguir operando.
El texto fue aprobado con doce votos a favor, ninguno en contra y tres abstenciones de países africanos (Gabón, Ghana y Kenia).
Tras meses de conversaciones, los quince Estados miembros del Consejo de Seguridad siguen siendo incapaces de ponerse de acuerdo sobre los cambios necesarios en esta misión, conocida con las siglas inglesas de UNSMIL y que tiene como principal cometido mediar para tratar de sacar a Libia de la crisis que vive desde la caída del régimen de Muamar el Gadafi.
Rusia ha dejado claro repetidamente que no aceptará un mandato más largo mientras no se decida quién debe liderar la misión, un puesto que ahora mismo ocupa de forma interina la diplomática estadounidense Stephanie Williams.
El secretario general de la ONU, António Guterres, es quien debe nombrar a un nuevo encargado, pero el candidato debe tener el apoyo de las potencias del Consejo de Seguridad.
Hoy, preguntado al respecto, el portavoz de Guterres Farhan Haq aseguró que las discusiones sobre ese nombramiento continúan y confió en que pueda llegarse a una solución cuanto antes.
Ante la falta de acuerdo sobre quién ocupará ese cargo, la reestructuración de la misión prevista desde hace muchos meses continúa encallada.
En general, los países están de acuerdo en que es necesario cambiar el mandato de la UNSMIL, entre otras cosas para instalar un enviado de la organización en Trípoli que tenga más fácil trabajar con las partes, pues los anteriores han estado instalados fuera del país.
Esa era una de las recomendaciones presentadas por Guterres, que también había propuesto otras modificaciones para adaptar la misión a la situación actual.
La última ronda de conversaciones auspiciadas por la ONU entre los presidentes de las dos cámaras rivales que existen en Libia (en Trípoli y Tobruk) terminó sin un acuerdo sobre un marco constitucional que permita la celebración de elecciones, previstas para el pasado 24 de diciembre y pospuestas en el último momento sin fecha prevista de reanudación.
El Parlamento basado en la ciudad de Tobruk, designó en febrero a Fathi Bashaga como primer ministro paralelo, al considerar que el mandato de Abdulhamid Dbeibeh, jefe del Gobierno Unificado Nacional (GUN), había expirado tras fracasar la celebración de la consulta, lo que ha vuelto a bloquear el proceso de transición.
Desde entonces, diferentes grupos armados y manifestantes apoyan a uno u otro Ejecutivo con el temor a un nueva deriva bélica.