Benjamín Bango: “La gimnasia española trabaja mucho y con cabeza”
El nuevo seleccionador español de artística masculina, Benjamín Bango durante la entrevista con EFE en Madrid. EFE/ Luis Millan
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Benjamín Bango: “La gimnasia española trabaja mucho y con cabeza”

Madrid, 2 sep (EFE).- Los resultados en los recientes campeonatos de Europa -tres medallas y nueve plazas de final-, en su primera competición importante como nuevo seleccionador español de artística masculina, permiten a Benjamín Bango mirar con optimismo los campeonatos del mundo del próximo octubre, incluso los Juegos de París 2024, con la seguridad de que “la gimnasia española trabaja mucho y con cabeza” y esto dará sus frutos.

El nuevo seleccionador español de artística masculina, Benjamín Bango durante la entrevista con EFE en Madrid. EFE/ Luis Millan

Bango (Gijón, 1965) aseguró a Efe que tanto el subcampeón olímpico de suelo Ray Zapata como el dos veces olímpico Néstor Abad “aún tienen margen de mejora” de aquí a 2024, por no hablar de los más jóvenes Joel Plata, séptimo en el anterior mundial y cuarto en los Europeos, Nicolau Mir y Thierno Diallo, que “han comenzado a ver que pueden”.

El nuevo seleccionador español de artística masculina, Benjamín Bango durante la entrevista con EFE en Madrid. EFE/ Luis Millan

“Tras la situación tan buena que vivimos en los Juegos de Tokio, con el equipo completo otra vez clasificado y luego con el mejor resultado posible, una medalla, afrontamos el ciclo de París, más corto, con un enorme potencial que une la experiencia de gimnastas con varios Juegos y la juventud de otros con mucha fuerza y con un recorrido muy bueno”, señaló.

“Tenemos la ilusión y la responsabilidad de saber que podemos hacer un buen papel”, dijo Bango, que llegó al puesto con el objetivo de “aprovechar las fortalezas como grupo y crear un sistema de mejora de toda la cadena de trabajo, con la energía que”, subrayó, “nos han aportado los resultados”.

Es lo que el seleccionador identifica como “un modelo propio”, distinto al de otros países del entorno.

“Italia tiene una estructura enorme, con una liga muy potente, lo mismo Alemania, ellos inventaron la gimnasia… No tenemos esas ventajas de otros países por tradición, por estructura o por volumen de gimnastas, pero tenemos mucha fe en lo que hacemos y mucha ilusión. Y una generación buena y de talento. No podemos perder esa oportunidad. Es un modelo de trabajo en equipo, de contagiar, de mejorar, de cambiar, de aprovechar los recursos y optimizarlos”, describió.

Eso pasa por tres planes de preparación, “un plan nacional de tecnificación deportiva, un plan júnior, que ya ha dado sus frutos en el campeonato de Europa, y el plan de preparación sénior, muy ambicioso”.

UN PLAN CON OBJETIVOS REALIZABLES

Las palabras que definen el trabajo de Bango son “organización” y “objetivos”.

“Cada actuación va dirigida a medir dónde estamos. El gimnasta conoce y participa de los objetivos del equipo y los suyos individuales. Unos objetivos realizables”, destacó.

“En el campeonato de Europa de Múnich el objetivo claro era estar entre los trece mejores equipos porque era la condición para estar en el próximo campeonato del mundo. Y se trabajó muy bien. Luego pasamos a la final y no tuvimos tan buena actuación, pero demostramos un potencial para estar muy arriba”, dijo.

Por ello, en el Mundial de octubre en Liverpool se marca como meta “claramente la final por equipos y en ella hacer un ránking bueno”.

“Y por supuesto meter también en la final individual a los gimnastas del concurso completo y al menos a Ray en la de su aparato”, añadió.

Zapata y Abad llegaron a Múnich faltos de preparación por distintos motivos: el primero por el parón obligado tras los Juegos de Tokio y el segundo por la miocarditis que le fue diagnosticada a principios de año.

“Ray tuvo que hacer una parada importante. Con su manera de saltar, que salta más que nadie en el mundo, hay que darle un espacio para que sus tejidos se regeneren. Su manera de impulsar y su manera de recibir afecta mucho a las articulaciones. Tiene ya una cirugía de aquiles y una posibilidad de que se reproduzca en el otro aquiles. Debe medir mucho”, subrayó.

“Tuvo que parar y luego volver a empezar y fue al campeonato de Europa sin haber competido. Aun así quedó noveno en suelo, primer reserva para la final. Ha hecho una labor excelente, ha mejorado sus saltos, con un primero de 5,60 y ya está trabajando sobre el segundo. Y con las anillas está muy comprometido”, indicó Bango sobre el subcampeón olímpico.

Acabará este ciclo hasta París 2024 “sin problema y con la idea de conseguir lo mejor. Está con la cabeza puesta en París”, aseveró.

En cuanto a Abad, recordó que “descartaba el año porque le hablaron de una parada de seis meses, no de entrenar, sino de toda actividad física”.

“Pero fue mejorando y le permitieron empezar a entrenar al tercer mes. Comenzó a competir en los Juegos Mediterráneos y ya hizo los seis aparatos, con las carencias lógicas. Está peleando y parece que va a estar en las condiciones que queremos en el campeonato del mundo”, anticipó.

Bango celebró “la progresión muy buena” de Joel Plata, de 24 años, que “se va asentando y en el Europeo hizo su mejor marca, quedó cuarto con 83,731 y la mejor era 83”.

“HAY QUE CREÉRSELO”

“Lo curioso”, apuntó, “es que tiene margen de mejora Joel, pero también la tiene Néstor y también la tiene Ray (29 años ambos). Esa es una de las claves. Esto ha cambiado completamente. Tenemos a Rafa Nadal compitiendo a ese nivel a su edad. El deporte requiere mucha inversión y hay que amortizarla el mayor tiempo posible”.

“Joel ve que puede y eso es muy importante”, dijo sobre el gimnasta barcelonés. “Es lo que le pasó a Ray: creérselo. Thierno (21 años) y Nicolau (22) también lo están viendo. Son muy profesionales, estamos creando una buena dinámica para este deporte tan peculiar”.

Por eso el seleccionador, que acudió a los Juegos de 1992 como voluntario, a los de 2000 y 2004 como juez y a los de 2012, 2016 y 2020 como entrenador, confía en llegar como seleccionador a París2024 “con las cinco plazas de equipo y con aspiraciones de situar la gimnasia española en el lugar para el que se ha trabajado”.

“Se ha trabajado mucho y con cabeza. No es solo trabajar, trabajar, trabajar. Hay que hacerlo con método. Y merece la pena que se vea y se aprecie bien en la cita más importante de este deporte, en los Juegos”, dijo.

¿El sueño máximo? La final olímpica por equipos. “No se ha conseguido nunca y es muy difícil. Hay una cantidad enorme de países emergentes, como Turquía, Taiwán, Brasil, más los clásicos Japón, China, Estados Unidos, Alemania. Y otros que vuelven, como Italia”.

La gimnasia tiene un ritual diario “solemne”, que es ‘la fila’ que cada mañana, al empezar a entrenar, hacen los gimnastas ante sus técnicos para que estos les dirijan unas palabras.

También a ese momento Bango ha trasladado su filosofía de ver el futuro con optimismo y con retos razonables.

“Podemos dar datos breves sobre cómo vamos a trabajar, alguna información necesario, pero siempre me gusta ofrecerles un mensaje positivo, de ánimo, de valorar el esfuerzo que se está haciendo. Este deporte arrastra una imagen de excesiva disciplina, así que en las filas me gusta transmitir seguridad, tranquilidad, empuje. Y los objetivos. Porque una de las claves para mejorar es secuenciar bien”, dijo.

Su ‘secuencia’ más inmediata pasa por una concentración la semana que viene en Sant Cugat, la participación en varias copas del mundo y un encuentro en Madrid con otro equipo que les ponga a prueba antes del campeonato del mundo de Liverpool. Un paso más hacia la gran meta de Paris.

Natalia Arriaga